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Inteligencia Artificial y la batalla por los datos

Martín Marino, CEO de Braycom, escribió una nota para la revista Cibersecurity de ITWare Latam. En ella explica la importancia de los datos y de tener la tecnología para procesarlos correctamente, y así convertirlos en valor agregado.


Leé la nota completa en la página 14 de la revista en el siguiente link https://bit.ly/3b0dKal.





Dataholics


Somos datodependientes. En las últimas décadas la sociedad experimentó una transformación tan acelerada, contradiciendo las líricas del Volver* de Carlos Gardel, que las nuevas generaciones no pueden imaginar un mundo sin acceso inmediato a la información para poder actuar, comunicarse, decidir.


A partir de los datos creamos nuevas posibilidades de relacionamiento, de negocios y de progreso. Nos dan poder, libertad, instantaneidad, ¿felicidad?.


Tan importante son los datos en nuestro tiempo, que ha surgido un nuevo “ismo”. En el libro “Homo Deus”, lectura recomendada por Barack Obama, Mark Zuckerberg y Bill Gates, su autor, Yuval Noah Harari, propone que toda estructura política o social puede ser concebida como sistemas de procesamientos de datos y dice “El dataísmo declara que el universo consiste en flujos de datos y que el valor de cualquier fenómeno o entidad está determinado por su contribución al procesamiento de datos” **


Los datos se convierten, entonces, en la materia prima que alimenta el funcionamiento social. Pero es la capacidad de procesarlos lo que en, última instancia, entrega valor. Si pensamos en las redes sociales, las nutrimos constantemente de datos en diferentes formas (imágenes, comentarios, “likes”), y con toda es información nos entregan la posibilidad de enterarnos instantáneamente lo que piensa o siente nuestro núcleo de amigos, nuestra comunidad o incluso el mundo entero. Al mismo tiempo, hoy una compañía puede conocer mejor a sus clientes y ofrecerle exactamente lo que está buscando, casi al punto de predecir sus necesidades (¿o generarlas?).


Pero el universo se empecina en la dualidad de los sentidos, de las fuerzas, en su danza de equilibrio. Y parece que la digitalización tampoco le escapa. Todo el potencial de progreso que deriva de los datos y la capacidad de procesarlos deviene, indefectiblemente, también en el riesgo de que sean manipulados con otros objetivos, convirtiéndolos en una amenaza. Desde el simple robo de la información de una tarjeta de crédito, hasta la manipulación de voluntades populares a través de redes sociales o, incluso, una ciberguerra, el abanico de amenazas es inmenso, derivado del hoy bien más preciado: LOS DATOS.


La Pandemia y los “Late Early Adopters”

El COVID19 parece haber venido para recordarnos que los virus naturales pueden ser más poderosos que los virus informáticos. Lo cierto es que, como consecuencia de la pandemia, la tecnología demostró su lugar central en nuestra era.

Pero no todas las organizaciones tenían la madurez tecnológica necesaria para poder operar en la digitalidad, y se vieron obligadas a convertirse en “early adopters” de tecnología, tardíamente. La pregunta que debemos hacernos es, con esta adopción tecnológica no planificada, ¿cuán preparadas están en términos de ciberseguridad?


La respuesta obvia nos conduce a pensar que al escenario de amenazas al que nos enfrentamos ha crecido consecuentemente con este contexto.



IA, ML y la batalla por los Datos


Paradójicamente, parece que los datos son nuestra salvación y perdición. Todas las organizaciones deben estar preparadas para manejar sus datos, procesarlos para entregar valor y, a la vez, protegerlos.


La información es poder y la capacidad de procesar los datos es el motor de esta maquinaria. Nos encontramos en terreno fértil para sacar provecho de la Inteligencia Artificial nutrida de las técnicas de Machine Learning.


Como es de suponerse, esto está disponible tanto para los “buenos” como para los “malos”. En consecuencia, las ciberamenazas son aún mayores. La disputa centra el campo de batalla en el acceso a la información, y las capacidades de robarla o de defenderla determinarán quién reinará.


Afortunadamente, el mercado de la ciberseguridad se encuentra en constante expansión y desarrollo. La Inteligencia Artificial y el Marchine Learning se han incorporado a las plataformas de análisis y detección de amenazas para brindar niveles de protección antes impensados.


Lo más interesante, es que esto no está solo disponible en los grandes datacenters con granjas de servidores que procesan datos como máquinas voraces . Estas tecnologías de ML y AI ya se encuentran integradas en el equipamiento que una organización puede tener en su propio centro de datos.


Este año Palo Alto, el fabricante líder en ciberseguridad, incorporó ML a su plataforma de Next Generation Firewalls. Esto significa que cualquier organización que cuenta con uno de estos firewalls (sin importar el tamaño), tiene la capacidad de defenderse de ciberataques desconocidos en tiempo real.


La automatización de la defensa es la clave para ganar la contienda. Con esta premisa la IA y el ML se incorporan como parte de todos los componentes de una arquitectura de ciberseguridad.


Pienso, luego existo


Puede parecer abrumante abordar la seguridad de la información. Pero no hacerlo no hace desaparecer “el elefante de la habitación”. Nuestro rol, como especialistas en seguridad, es ayudar a las organizaciones a construir una estrategia concreta de defensa. Una arquitectura segura no se logra sumando componentes aislados, sino como un conjunto pensado y diseñado.


Dataístas o no, somos parte de este mundo digital. Somos vulnerables, pero tenemos con qué defendernos.





Martin Marino

CEO@Braycom


* Tango “Volver” de Carlos Cardel. Letra “…que 20 años no es nada…” ** Homo Deus, libro A Brief History of Tomorrow. UK: Vintage Penguin Random House. p. 428. ISBN 9781784703936.

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